English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Mi Testimonio de Conversión (Cristobal Churata)

Naci en un hogar católico devoto a las Tradiciones de la iglesia. Mis padres siguieron el mismo camino que sus antepasados y fueron formando su hogar de la misma tradición.
Los años de mi adolescencia y juventud fueron pasando sin ningún principio de moralidad ni temor del verdadero creador, porque nuestro ejemplo a seguir no tenia ni un poco de moralidad. Crecí viendo que el engaño era parte de la humanidad, viendo que embriagarse era natural y parte de una cultura religiosa. Al ver la naturalidad de cómo mis padres y amigos seguían las mismas costumbres,  también desidia embarcarme en esa desdichada aventura. 
Caí en manos de los embaucadores y engañadores, pero tengo que reconocer que yo fui el que decidió seguir ese mal camino. Llegando a mi juventud adolescente conocí con tristeza el hogar de mis padres resquebrajado por causa del alcohol y las malas compañías. Fue entonces que decidí salir de mi hogar, para hacer un largo viaje a la capital (Lima). Trabaje con un amigo de mi papá por casi dos años, mientras seguía mis estudios de secundaría. Allí comencé a tomar (embriagarme) por la misma influencia de mis amigos, compañeros de trabajo y estudios. Esto me llevo a otros pecados que ya no son dignos de nombrar, pero que si recuerdo cuanto daño hicieron a mi vida y salud.
No pretendo echar la culpa a mis parientes y amistades. El apóstol Pablo dijo;  “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” 1 Ti. 1:15. Yo fui concebido en pecado y eso era lo que estaba manifestando, para que la gracia Dios sea notoria en mí. De regreso a cusco (donde naci y crecí) estos pecados se manifestaron con mas fuerza. Rechace la autoridad de mis padres, para seguir mi propio camino. Pero Dios conocía mi rebeldía abierta y deshonrosa por la cual yo tendría que pagar. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Ga. 6:7 .
Dios tuvo que usar, para atraerme a su Hijo mi Señor, la muerte de mi papá. Él había sido la figura principal para mi, hubiera dado mi vida por él, pasamos largos años trabajando en los campos. Aprendí a ser buen trabajador gracias a él. En mi necedad levante el dedo a Dios negándole y reprochándole; “como un Dios amoroso se llevaría de una forma trágica a mi padre” llore y me dedique mas a la borrachera para mostrarle a mis amigos que yo estaba dolido y lleno de tristeza por la partida de un ser que amaba.
Colme la paciencia de mi creador y decidió intervenir en mí. Mi hermano mayor (Florencio) fue a quien Dios uso para que conociera la luz y el camino hacia la libertad verdadera. Terminábamos de recibir el año1995  con una larga celebración de unos siete días, quede postrado en cama por causa de mis borracheras. En cama postrado y arrojando sangre quede en cama por varios días. ¿Dónde estaban mis mejores amigos? Y ¿Quién para acudirme? ¡NADIE! Pero Dios había preparado este momento para que llegara a mí su Palabra el evangelio. Mi hermano había orado por mí con otros amigos de la iglesia y del seminario donde él estudiaba, pidieron para que Dios me salvara y me mostrara su misericordia.
Febrero del mismo año, en un campamento de jóvenes realizado por las iglesias bautistas en el valle sagrado, Dios intervino en mi vida. Entendí que yo estaba perdido y sin esperanza separado de Dio y en camino al eterno sufrimiento llamado infierno. La única forma de llegar a Dios era por recibir el regalo que Él había provisto para mí, la salvación y perdón de mis pecados por medio de su Hijo Jesucristo. Oh si, acudí a Jesús pidiendo perdón y salvación para mí. Recuerdo esa pequeña oración que hice; “Señor no se como pedirte, pero si se que necesito que me salves, perdóname soy pecador, soy pecador, soy pecador”
He caminado dieciséis años con mi Señor, ahora soy un hombre diferente transformado por su amor y por su Palabra. Dedique mi vida a ÉL para ser un instrumento en sus manos, y soy lo que soy gracias a ÉL mi Señor, en Cristo hay salvación y perdón. Venid a Él.

Cristóbal Churata Quispe
Sirviendo al MAESTRO en Cusco