¡Esto es, por falta de cabeza! Esta es la acusación fundamental de Oseas. La nación ignora la ley de Dios. La fornicación y el vino quitaron el buen sentido y el buen juicio.
El reino de Jeroboam II gozaba de prestigio político y prosperidad económica “…. de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos” (8:4); Efraín dijo: Ciertamente he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará iniquidad en mí, ni pecado en todos mis trabajos (12:8). La evidencia histórica muestra como la época más rica de Israel, debido sobre todo al comercio de aceite de oliva, vino y el trigo, tanto con Egipto como con Asiria.
Fornicación, vino y mosto quitan el juicio (4:11). Su bebida se corrompió; fornicaron sin cesar; sus príncipes amaron lo que avergüenza (4:18). Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí (7:14). No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo (9:1). La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto (9:2). Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; mentira y destrucción aumenta continuamente; porque hicieron pacto con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto (12:1).
El mensaje de Oseas es actual para nosotros y nos llama a reflexión ¿Cómo debemos actuar en tiempos de prosperidad? ¿Aun Dios esta llamando a sus siervos para servirle? El Dios de la historia antigua es el Dios que obra en la historia moderna.
Cristobal Churata Q.
Sirviendo al Maestro en Cusco
No hay comentarios:
Publicar un comentario