En el año 97, dos años después de mi conversión mientras ayudaba a un misionero en la labor misionera en la zona de chumbivilcas cusco, Dios me permitió ver la gran necesidad de la falta de obreros en su mies, y mientras yo aprendía y veía la sed de los cristianos por Dios fui motivado, movido a conocer mas y mejor a mi Salvador y Señor. Entonces consulte a mi pastor de esta inquietud que yo tenia y él me dijo; “Dios te esta llamando a servirle” Mi pastor fue una gran ayuda y ejemplo para mi vida. Él me ayudo a tomar los pasos siguientes para el ir a un seminario y prepararme en mi educación cristiana y teológica.
¿Por qué es importante el llamado? Nos ayuda y afirma nuestra vocación de servicio. Me protege de la desilusión con Dios en momentos de pruebas y dificultades. Y me motiva a cumplir mis metas y visión por el cual vivo no como por necesidad sino por amor al que me salvo y redimió de mis pecados.
¿Por qué muchos misionero viven quejándose y lamentándose de su llamado? Tal ves nunca comprendieron su lugar en el cuerpo de Cristo, o quizá nunca fueron llamados a tan hermosa labor, “servir y no ser servido”.
El apóstol Pablo supo con certeza que Dios le había llamado a una labor valiosa.
“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24) y finalmente pudo afirmar con toda confianza y certeza “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”(2 Timoteo 4:7-8).
Gracias Señor por tus promesas y cuidado a nosotros que somos tan frágiles y débiles.
Misionero: Cristobal Churata Q.
Sirviendo al Maestro en Cusco Perú
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